lunes, 23 de febrero de 2009

MAR: SAS ROOR SAS

MAR: SAS ROOR SAS

VIENTO: SUUUSIIISEEESUUU

LEONES: GRAUR GRAUR

LLUVIA: CHACH CHACH

MULTITUD: bla bla bla.bla bla bla

luna: suuuuuuuuuuuuuu

PAREDES: PONPONPONPONPONPONPONPONPON

El mar hace un ruido: sas roor sas

El viento hace un ruido: suuusiiiseeesuuu

Los leones hacen un ruido: graur graur

La lluvia hace un ruido: chach chach

La luna hace un ruido: suuuuuuuuuuuuuu

Las paredes hacen un ruido: ponponponponponponponpon.

PARA CREAR Y DESARROLLAR HÁBITOD LECTORES EN EL ÁMBITO FAMILIAR


La lectura no debe imponerse, debe facilitarse.

La lectura requiere un esfuerzo, pero es divertida.

Visitar librerías, comprar libros y usar las bibliotecas.

Todos los libros no les gustan a las mismas personas.

No dejéis de contar historias, sobre todo a los más pequeños.

No olvidéis la escritura.

Selección de lecturas orientadas por profesionales.

Había una vez una ciudad llamada Villalila

Había una vez una ciudad llamada Villalila. Los niños, cada día miraban por si había nevado. Pero nunca veían nieve. Un día, el sol llamó a la nieve.

- Nieve, ven.

La nieve fue corriendo. Cuando llegó, le dijo al sol:

- ¿Qué quieres, amigo?

- Quiero que hagamos un trato.

- ¿Qué clase de trato? - dijo la nieve-.

- Pues que salgas tú mañana y yo al día siguiente.

- No me gusta el trato –dijo la nieve-.

- Entonces, sal tú una semana y después salgo yo otra.

- Tampoco me gusta, pero tengo otra idea.

- ¿Cuál? –dijo el sol-.

- Que yo salga una semana hasta que los niños se cansen de nieve, de muñecos de nieve, de guerras de nieve y todo eso. Saldrás cuando se cansen de mi y descongelarás la nieve y dejarás todo como estaba al principio.

El sol contestó:

- Vale, trato hecho. Pero ¿quién sale primero?.

- Yo, dijo la nieve. Y así fue como se hizo.



Belén Salcedo. 4º Curso

Ahí te van unas adivinanzas...



En una cajita amarilla
tengo un gusano sin hueso,
aquel que me lo adivine
le doy un taco de queso.


En agua puse mi nombre,
en agua se me quedó
para que Cate no sepa
cómo me llamo yo.


En un cuarto muy oscuro
moradores vi entrar,
todos en grande apretura
y cada quien en su lugar.


Blanca es desde pequeña,
la adornan con verdes lazos,
lloro con ella de ver
que la hacen mil pedazos.


Yo que te digo,
tú no me entiendes:
tienes la panza
llena de liendres.


En un llano,
no muy llano,
está un viejo,
no muy viejo,
tiene barbas,
no muy largas,
y bolas que se comen.


Una niña estaba en el balcón,
pasó un perro, le dijo "gua gua"
y la niña le contestó "allá va".


miércoles, 11 de febrero de 2009

domingo, 1 de febrero de 2009

LOLE Y MANUEL. "Nuevo día". 1975.


Erase una vez, un mariposa blanca
que era la reina de todas las mariposas del alba,
se posaba en los jardines,
entre las flores más bellas,
y le susurraba historias al clavel y a la violeta.

Feliz la mariposilla, presumidilla y coqueta,
parecía una flor de almendro
mecida por brisa fresca...
más llegó un coleccionista, mañana de primavera,
y sobre un jazmín en flor,
aprisionó a nuestra reina
la clavó con alfileres, entre cartulinas negras,
y la llevó a su museo de breves bellezas muertas, las mariposas del alba lloraban por la floresta.

Sobre un clavel se posó, una mariposa blanca
y el clavel se molestó,
blanca la mariposa y rojo el clavel,
rojo como los labios .... de quién yo se
rojo como los labios ..... de quién yo se.

Cuento para mi niño

http://es.youtube.com/watch?v=zdthkKm6aao

La noche de los capachos

Esta tradición sigue realizándose en nuestros días, aunque su origen se remonta a tiempos pasados.
Se celebra el segundo domingo de Enero, esta es una costumbre íntimamente relacionada con la principal de las industrias del pueblo, la panadera, que consistía en la quema de los capachos que durante un tiempo habían utilizado los panaderos para transportar en los mulos el pan que distribuían por gran parte de Granada Capital y pueblos de los alrededores.
A lo largo de todo el año, estos panaderos iban acumulando los capachos deteriorados, que más tarde servirían para quemar en grandes fogatas, junto a ramas de zarzas y broza del campo.

En la actualidad, y tras haberse modernizado la industria panadera, realizándose el transporte de pan en vehículos de motor, han desaparecido los citados capachos, así al carecer de elfos, hoy se queman toda clase de objetos inservibles aportados por todos los vecinos cercanos. En torno al fuego las personas conviven durante horas, suponiendo ello, un tiempo de relación entre las distintas familias.

http://www.fiestasdeandalucia.com/provincia/granada/villa_alfacar_noche_capachos.htm

La noche de los capachos

Esta tradición sigue realizándose en nuestros días, aunque su origen se remonta a tiempos pasados.
Se celebra el segundo domingo de Enero, esta es una costumbre íntimamente relacionada con la principal de las industrias del pueblo, la panadera, que consistía en la quema de los capachos que durante un tiempo habían utilizado los panaderos para transportar en los mulos el pan que distribuían por gran parte de Granada Capital y pueblos de los alrededores.
A lo largo de todo el año, estos panaderos iban acumulando los capachos deteriorados, que más tarde servirían para quemar en grandes fogatas, junto a ramas de zarzas y broza del campo.

En la actualidad, y tras haberse modernizado la industria panadera, realizándose el transporte de pan en vehículos de motor, han desaparecido los citados capachos, así al carecer de elfos, hoy se queman toda clase de objetos inservibles aportados por todos los vecinos cercanos. Entorno al fuego las personas conviven durante horas, suponiendo ello, un tiempo de relación entre las distintas familias.

http://www.fiestasdeandalucia.com/provincia/granada/villa_alfacar_noche_capachos.htm

Vocabulario visual capazo

Vocabulario visual capazo





http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=562095630605262041

Vocabulario visual capacho

Una visita provechosa

http://www.rae.es/RAE/Noticias.nsf/Home?ReadForm

DICCIONARIO RAE capacho

capacho.

(De capazo).

1. m. Espuerta de juncos o mimbres que suele servir para llevar fruta.

2. m. capazo (‖ espuerta acondicionada como cuna).

3. m. Media sera de esparto con que se cubren los cestos de frutas y las seras del carbón y donde suelen comer los bueyes.

4. m. Especie de espuerta de cuero o de estopa muy recia, en que los albañiles llevan la mezcla de cal y arena desde el montón para la obra.

5. m. En las almazaras, sera redonda de esparto que se llena con la aceituna ya molida para prensarla.

6. m. chotacabras.

7. m. Planta tropical del género del cañacoro y de fruto comestible.

8. m. coloq. Religioso de la Orden de San Juan de Dios.

9. m. Ven. Planta de la familia de las Cannáceas, cuya raíz es comestible y de uso en medicina. Hay dos variedades: una blanca y otra morada.

10. m. Ven. Raíz de esta planta.


Real Academia Española © Todos los derechos reservados

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Las hogueras alumbran el paso de San Sebastián en una tradición que recuerda la vuelta de los lugareños que sobrevivieron a la guerra de Cuba

Desde la carretera daba la impresión de que medio pueblo de Alfacar ardía. A las 7,40 de la tarde la imagen de San Sebastián salía de la ermita de Las Canteras anunciada por cohetes y veinticinco hogueras que comenzaban a arder en todo el pueblo. Una año más, los vecinos estaban cumpliendo con la antigua tradición de 'la quema de los capachos'. Se trata de una costumbre que se instauró al regreso de los lugareños que sobrevivieron a la guerra de Cuba. Para celebrar el evento se sacó en procesión a San Sebastián desde su ermita del cementerio hasta la de las Canteras, recorriendo el pueblo para llegar finalmente a la iglesia, donde permaneció hasta una semana después, que dieron comienzo las fiestas populares; exactamente igual que se hace ahora.

Mientras tanto, los vecinos apilaban en sus puertas los utensilios inservibles usados para las faenas del campo y la casa: maderas viejas, pleitas y capachos que ardían al paso del santo. Y quienes más aportaban en un pueblo como éste, cómo no, era los panaderos, que aún suman más del medio centenar. Hoy día son retamas, broza y algún que otro trasto viejo los que engrosan las gigantescas piras que iluminan el pueblo y los cerros cercanos. Aunque según Juan, el alcalde, «en los años 40 era mucho más sonado, aún mantenemos la tradición».

El acto sirvió para anunciar las fiestas; y para ello nada mejor que disfrutar también de unas horas de convivencia donde el forastero tiene sitio sin pedirlo alrededor de cualquier hoguera, porque los vecinos aprovechan las ascuas para asar carne, hacer rosetas y degustar el recién elaborado vino del terreno, buscando algo de calor en una noche que se presentó más que fría.

Una fiesta que se prolonga hasta la madrugada mientras el San Sebastián espera en la parroquia que el pueblo le rinda homenaje en las fiestas.
IDEAL: 14 de enero de 2002